Por Christián Gutiérrez
Ahora les escribiré un poco de neurocomunicación, con la idea de explicar por qué los opositores a López Obrador, no le dañan la reputación e imagen más rápidamente y, sobre todo, por qué las marcas opositoras como PAN, PRI y PRD no ganan prestigio y mejor imagen de forma más rápida.
En primer lugar, los partidos políticos no suelen visualizarse a sí mismos como marcas, por lo tanto, desconocen cómo se construye una marca y cómo se trabaja la reputación de marca.
El PAN, PRI y PRD son marcas muy desgastadas, pero no hacen trabajo de marca, de ahí que no vayan creando episodios emocionales positivos que los ciudadanos puedan ir guardando en la mente.
Además, los dirigentes de los partidos de oposición no suelen pedir el trabajo de neuromercadólogos políticos, por ello sus deficiencias para entenderse y mejorarse como marcas políticas.
Si lo hicieran, los neuromercadólogos ya les habrían explicado algo muy importante: el éxito de la neurocomunicación política, está en entender que una marca será fuerte, en la medida que esté asociada con memorias emocionales positivas.
Esto no lo comprenden los políticos y cuando se los explico, suelen dudar demasiado; prefieren seguir aplicando aquel mito absurdo que dice: “es mejor que hablen mal de mí, pero que hablen”.
¿Pero a dónde los lleva este mito absurdo? Vuelvan a leer las líneas en donde escribí, qué hacer para que una marca sea fuerte.
Ahora los invito a hacer el siguiente ejercicio. Si les preguntara, con qué asocian al PRI, al PAN y al PRD… con toda seguridad, la mayoría de ustedes me dirían: con la corrupción, rateros; con una mafia; y ahora, con un grupo de mafiosos que no quieren perder sus privilegios, como lo ha posicionado en muchas mentes, López Obrador.
Así de simple.
Estas marcas políticas, están asociadas con antivalores, y esto se ha dado porque algunos de sus militantes se han encargado –y lo siguen haciendo- de ser una mafia de corruptos, que se han enriquecido de manera ilegal, a pesar de los problemas que sufre México.
Por ello, mientras estas asociaciones negativas existan, las marcas opositoras al Presidente de México caminarán muy lento hacia su objetivo de ganar el poder en las elecciones de este año y en las de 2024.
¿Y entonces cuál será la estrategia a la que le están apostando los partidos opositores? Su apuesta es, a golpear todo el tiempo a López Obrador y a esperar que siga equivocándose para exhibirlo.
Esa es su apuesta. Desde luego les da algunos puntos, pero no los suficientes y a la velocidad que se requiere para ser más competitivos.
Ha escuchado usted o ha pensado algo como lo siguiente: ¿cómo es posible que la gente le siga creyendo a López Obrador a pesar de lo que ya se sabe de él? Y la respuesta no es difícil: muchos mexicanos siguen teniendo una esperanza en AMLO, porque tampoco hay marcas políticas que representen una mejor esperanza. En suma, la marca política que continúa “medianamente” limpia –cada día menos-, es la marca Morena, porque del PAN, PRI y PRD, no se sabe nada nuevo y mucho menos nada bueno con lo que se le pueda ir asociando, y mientras estas asociaciones no sucedan, están destinados al fracaso como marcas políticas.
¿Qué hacer entonces para que las marcas opositoras avancen fuerte y más rápido? Échenle de nuevo un ojo a las líneas en donde digo, cómo lograr el éxito en la neurocomunicación.
Por cierto, esta columna la escribí en 2022 con el título ¿Por qué AMLO les gana a sus opositores?, y decidí reciclarla hoy 3 de junio, un día después de las elecciones de 2024 en las que MORENA lo ganó prácticamente todo.
P.D. Se los dije, hace más de 2 años.
*El autor es consultor y capacitador, tiene estudios de doctorado en Política, de maestría en Comunicación, de maestría en Neuromarketing, de maestría en Ciencia Política y de licenciatura en Derecho.