Por Christián Gutiérrez
El gobierno de Michoacán está equivocando el trabajo; debe tomar decisiones precisas y contundentes en materia de seguridad pública y no lo hace.
Lo peor de todo esto, es que deja a las y los michoacanos abandonados a su suerte.
El gobernador del estado trae camioneta blindada, la población no. Trae escoltas, la población no. El puede enviar a su familia al extranjero a resguardarla, la población no.
Hace un año, en agosto de 2023, el propio titular del ejecutivo de Michoacán reconocía que el problema de la extorsión a limoneros en Apatzingán es un problema que tiene 20 años. En agosto del año 2023 dijo en rueda de prensa: “Ya se había hecho algo normal desde hace dos décadas o más esta situación y tenemos que revertirla de manera contundente para que se erradique la extorsión en esta zona del estado y este sector productivo”.
De hecho, fue más allá y les pidió a los agricultores no resignarse a pagar los cobros.
En sí, la realidad aplasta al gobierno de Michoacán. Desde que llegó el gobernador al cargo en 2021, el delito de extorsión se ha venido incrementando. Hace un año, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública ya reportaba un incremento del 287% en este delito el cual ha tocado a agricultores, transportistas, activistas LGBT y pobladores en general. Hablar de un incrementó del 287% es algo de no creer.
Y algo más de la cruda realidad: en este año, el INEGI reporta que la extorsión es el delito que más se presenta en Michoacán, seguido del fraude, amenazas verbales, robo total o parcial de vehículo, robo en casa habitación, robo o asalto en calle o transporte público y lesiones.
Entonces, desde hace un año, el gobierno federal ya reportaba públicamente que el delito de extorsión en Michoacán venía creciendo de manera inaudita y en este 2024, el INEGI lo confirmó.
Michoacán hoy padece las calamidades de tener un gobierno que solo “atina” en replicar lo que hace el presidente Obrador y el obradorismo, pero lo hace muy mal. El gobernador está alejado de la gente y de los problemas reales de la entidad. Michoacán está en el infierno.
*El autor es consultor y capacitador, tiene estudios de doctorado en Política, de maestría en Comunicación, de maestría en Neuromarketing, de maestría en Ciencia Política y de licenciatura en Derecho.