Po Christián Gutiérrez
Empacadores de limón que este pasado fin de semana decidieron tirar cientos de kilos de limón, porque ya no consideran que sea rentable comercializar la fruta ante los crecientes índices de violencia y extorsión, así como el abandono de las autoridades estatal y federal.
Sumado a cientos de artesanos que ahora tienen que salir del estado de Michoacán para vender su mercancía y así evitar ser extorsionados o evitar el “cobro de piso” de los delincuentes y también como respuesta a la ausencia de las autoridades estatal y federal.
Y como resultado de todo esto y más, una alerta del gobierno de los Estados Unidos a sus ciudadanos la semana pasada, con el fin de que no viajen a 30 de las 32 entidades de la República Mexicana, entre ellas Michoacán, Colima, Guerrero, Sinaloa, Tamaulipas y Zacatecas que tienen Alerta Roja por los elevados índices de inseguridad.
Este marco, es muy claro: el gobernador de Michoacán está ausente de su propio Estado.
Se le está escapando el tiempo y la administración, entre frustraciones personales, intereses electorales y económicos depositados en dos magnas obras, frivolidades propias de gente que gasta a manos llenas recursos públicos y de incapacidades profesionales personales y de algunos de sus miembros del gabinete; hoy todo esto tiene a las y los michoacanos postrados y desesperados.
Michoacán es un lugar inseguro, sin proyectos de inversión pública de verdadera relevancia y con gobernantes que gobiernan con rencores sociales germinados en la infancia. Todo esto es la estampa de lo que sucede en Michoacán.
Pero no nos preocupemos. En febrero próximo viene Chayanne y quizá sea la política que se necesita para que despegue Michoacán.
*El autor es consultor y capacitador, tiene estudios de doctorado en Política, de maestría en Comunicación, de maestría en Neuromarketing, de maestría en Ciencia Política y de licenciatura en Derecho.