Por Christián Gutiérrez
La diputada federal del PT, Diana Karina Barreras Samaniego adelantó la terminación del capítulo que derivó en la resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación donde se obligó a la Karla María Estrella Murrieta a disculparse públicamente en su perfil de red social durante un mes, por haber incurrido en presunta violencia de género contra la legisladora.
Desde luego, este hecho se volvió tendencia en México cuando los usuarios de la red social X apoyaron a Karla María e hicieron memes con el término “Dato Protegido”, como se refería a la diputada Diana en el texto que postea cada día.
La realidad de las cosas, es que se le vino la noche oscura a la legisladora. Las redes sociales, que amplifican las emociones de los usuarios, han sido mordaces contra ella y ahora, la diputada le ha pedido al tribunal que reconsidere la sanción ya que -según ella-, le bastaba con una sola disculpa no pública y no los treinta días como lo estableció el TEPJF.
¿Qué fue lo que pasó? Que la legisladora perdió rápidamente imagen y reputación.
Sin duda, México hoy vive en una dictadura blanda disfrazada de elementos democráticos. A Morena y sus aliados PT y PVEM (y el PRD y el PRI en el caso de Michoacán), les incomoda la libertad de expresión.
La razón de esta molestia es simple de entender: Morena y sus aliados, además de haberse hecho de todas las instituciones públicas para modificar el sistema político y el régimen político mexicanos, ahora también quieren -porque necesitan-, apropiarse de la conversación pública.
A Morena y sus aliados les conviene que el sistema judicial y electoral les vaya quitando las piedras del camino que representan las narrativas de la oposición, tanto de los partidos como de las y los ciudadanos apartidistas.
Por ejemplo, si los del PAN o los de MC, o ahora cualquier ciudadano mexicano señala algo en las redes sociales o en algún medio de comunicación, Morena activará los poderes legislativos, ejecutivos y judiciales que controla por completo en el país.
Sin embargo, el que la legisladora del PT Diana Karina se haya dado cuenta de lo que activó a grado tal de querer desactivarlo, significa que Morena y sus aliados podrán tener todas las instituciones del país a su disposición, pero mientras cometan abusos de poder y las redes sociales y los medios de comunicación estén completamente abiertos, no podrán con el poder de la palabra de la oposición al régimen dictatorial.
La puerta está abierta para señalar los excesos de Morena y sus aliados, y el recule de la diputada petista debe encender la mecha opositora para recordar que en México “el pueblo se cansa, de tanta pinche arrogancia” de ciertas y ciertos políticos.
*El autor es consultor y capacitador, tiene estudios de doctorado en Política, de maestría en Comunicación, de maestría en Neuromarketing, de maestría en Ciencia Política y de licenciatura en Derecho / Redes sociales: @ChristiánConAcento
