Morelia, Mich., 2 de agosto de 2024.- Después de debutar como medallista olímpico, el clavadista Osmar Olvera destacó que la medalla de plata obtenida en la prueba de saltos sincronizados desde el trampolín junto a Juan Manuel Celaya es el resultado de una preparación constante y una disciplina estricta para alcanzar los objetivos propuestos.
“No hay secretos, creo que el trabajo duro es la clave para lograr cualquier cosa, no solo en los clavados. Nosotros entrenamos todos los días con ese sueño y lo conseguimos”, afirmó Olvera Ibarra, quien enfatizó la preparación llevada a cabo en el Centro Nacional de Desarrollo de Talentos Deportivos y Alto Rendimiento junto a Celaya y su entrenadora Ma Jin.
“Fue una preparación muy intensa después de la última Copa del Mundo en China. Tratamos de mejorar esos pequeños detalles que marcan la diferencia. Creo que ambos hicimos un trabajo increíble para perfeccionar nuestra sincronización. El esfuerzo valió la pena y estoy contento con la preparación que tuvimos en el CNAR y con todas las instituciones que nos apoyaron”, añadió el clavadista capitalino.
Además, Olvera, de apenas 20 años, agradeció a la afición mexicana que siguió su competencia a pesar de la diferencia horaria y espera que su desempeño sirva como inspiración para las futuras generaciones de clavadistas en el país, tal como él mismo se motivó.
“Recuerdo ver los Juegos Olímpicos de 2012 en la televisión, ver a los mexicanos ganar medallas y pensar ‘yo también puedo’. Así que espero que ahora hayamos motivado a más niños para que sueñen en grande y sepan que los sueños se hacen realidad si se lucha por ellos todos los días”, afirmó.
Por su parte, Juan Manuel Celaya agradeció la oportunidad de integrarse al equipo de trabajo de la entrenadora Ma Jin y potenciar su preparación individual con miras tanto a los Juegos Olímpicos como al próximo ciclo.
“Hemos trabajado desde hace tiempo para esta medalla, no se logró de la noche a la mañana. A pesar de que no estuve en los Juegos Centroamericanos, Panamericanos y Campeonatos del Mundo, seguí trabajando y me concentré en lo que sé hacer”, comentó Celaya.
“Estamos muy contentos con nuestra ejecución de los clavados. No cabíamos de emoción, había cumplido mi objetivo de realizar seis clavados perfectos, así que después el destino siguió su curso y si nos tocaba, ¡qué bueno!”, concluyó.