Morelia, Michoacán, 26 de abril de 2025.- Testigos de siglos de historia y centros de encuentro entre culturas, los antiguos conventos de Michoacán son verdaderas joyas arquitectónicas que reflejan la riqueza patrimonial del estado. A través de ellos, es posible adentrarse en el pasado colonial, el arte virreinal y las raíces culturales de los pueblos originarios.
Entre los más emblemáticos se encuentra el Exconvento de San Francisco, en Morelia, el primero en edificarse en la entonces Valladolid durante el siglo XVI; hoy es sede de la Casa de las Artesanías. También en la capital se alza el Exconvento de San Agustín, fundado por la orden agustina en el mismo siglo. Actualmente, se encuentra la Pinacoteca que es parte del patrimonio pictórico que se conserva gracias al trabajo e interés de la Provincia Agustiniana de Michoacán.
En la ribera del lago de Pátzcuaro, el Exconvento de Santa Ana, en Tzintzuntzan, conserva un atrio adornado con olivos centenarios y un templo abierto que da cuenta del sincretismo entre las culturas indígena y española. Fue uno de los principales centros de evangelización entre los pueblos purépechas.
En Tacámbaro, los exconventos de San Pedro y San Pablo que datan del siglo XVI, hoy albergan la Catedral de la ciudad, es notable por la mezcla de estilos barroco y neoclásico. Otro tesoro arquitectónico es el Exconvento de Santa María Magdalena, ubicado en el Pueblo Mágico de Cuitzeo, considerado uno de los más bellos del estado. Su arte mural, su amplio claustro y sus retablos coloniales hoy pueden admirarse en el museo que aloja.
Finalmente, en Uruapan, el Exconvento de San Diego, de arquitectura sobria y funcional, es ahora sede del Museo de los Cuatro Pueblos Indígenas de Michoacán. Su valor histórico se relaciona con la evangelización en la región purépecha.
La Secretaría de Cultura invita a redescubrir estos espacios que son mucho más que monumentos: son guardianes de la memoria, del arte y de la identidad michoacana.